Cómo acabé en Legoland Billund es una historia un tanto rocambolesca, pero a final de cuentas, merece la pena y mucho. Justo al final de mis 11 días de viaje por Dinamarca y Suecia, colé Legoland Billund como colofón final. La principal razón, volar desde Billund a un precio (bastante) más económico y descubrir un parque de atracciones que siempre me había llamado la atención. Producto de mi improvisación y flexibilidad habitual, Billund y Legoland acabaron siendo un viaje a propósito, pues Copenhague acabó atrapándome durante todos los días que tenía reservados para Dinamarca.
Lego también es para adultos
Yo soy uno de esos niños que comenzó a disfrutar de Lego gracias a los packs de otros muchos amigos. Reconozco también que el primer Lego que he comprado ha sido para regalar y no hace mucho. Sin embargo, siempre me ha parecido uno de los regalos más creativos para niños. Lego reaparece en mi vida gracias a los peques que van apareciendo en la familia, pero también a través de mi actual trabajo en una escuela de diseño donde se usa la metodología Lego SeriousPlay. ¿SeriousPlay? sí, básicamente, prototipación de conceptos.
Preparar tu viaje a Legoland y Billund
Pero volvamos a Legoland, que es lo que os interesa. Con Lego de nuevo en mi vida y mi tercera visita a Dinamarca, decidí que era hora de salir de su capital. A la hora de buscar ofertas, Billund tenía un vuelo directo a Barcelona el mismísimo último día de mis vacaciones. La diferencia de precio era considerable (de hecho, era mayor que la suma de la entrada al parque y del tren y bus de Copenhague a Billund).
Billund es un pueblo-empresa de apenas unos 6000 habitantes. Todo gira en torno a Lego, pues allí es donde nació la empresa hace más de 80 años. Hoy el pueblo cuenta con sus oficinas centrales, el parque y un reducido mercado local. No esperéis encontrar nada de interés más allá del parque y el aeropuerto (el segundo más importante del país y con tarifas muy atractivas). De hecho, de no ser por el retraso de 8 horas de mi vuelo (no todo puede salir bien, pero al menos los 400€ de compensación endulzan el retraso…), seguramente ni hubiese pisado el centro del pueblo, ya que el bus desde Vejle, pasa por el aeropuerto y por el parque antes de ir al centro de Billund (a Billund aun no llega el tren, por lo que el trasbordo desde Copenhague es obligado).
Legoland Billund sin niños ni amigos
Centrándonos en el parque, puedo adelantar que no es excesivamente grande. No esperéis un PortAventura o un Disenyland. Es muy asumible y normalmente es suficiente con un día. Obviamente, yo os hablo desde la perspectiva del “viajero solitario” y adulto. De hecho, ir solo significa que te puedes saltar las colas y coger los atajos de “single rider” para las atracciones. De todas formas, al ser uno de los primeros días de la temporada (el parque abre de Marzo a Noviembre, con horarios muy cambiantes), las colas son inexistentes y muchas atracciones funcionan a medio gas. Y esto es perfecto. Nunca tuve que esperar más de 3 minutos para subirme a una atracción y no se viven los típicos momentos de hacinamiento (no sé como será en verano, ¡ojo!).
Consigna y comida en Legoland Billund
Para los que, como yo, encajen Legoland como parada final (o primera), hay unos casilleros entrando a la derecha que cuestan 20DKK (2,7€) y otros un poco más escondidos pero gratis (estos son solamente unas estanterías, por lo que no dejes nada de valor o que vayas a necesitar). Llevad alguna moneda suelta… o os tocará hacer cola en el punto de información (las tiendas no dan cambio). En cuanto a las opciones de restauración, son caras (no olvidemos que no solo estamos en Dinamarca, sino en un parque de atracciones). Yo me llevé mi comida, pues las zonas de picnic son abundantes y me permití mi café y muffin por 45DKK (6€, que es un buen precio en Dinamarca). Pocos son los restaurantes con interior, por lo que llevar abrigo se convierte en algo imprescindible. De hecho, en las cafeterías no hay ni asientos, solo en algunos restaurantes al exterior y en otros dos restaurantes con interior.
Atracciones que encontrarás al visitar Legoland Billund
En cuanto a las atracciones, ninguna destaca por un nivel de vértigo muy alto, pero se disfrutan. Mi favorita fue la estación polar, pues tiene un final poco esperado y divertido. De todas formas, la magia de Legoland reside en su propio universo de piezas de Lego. Cualquier atracción se disfruta gracias a su decorado hecho de Lego. Una atracción de las fuertes para los peques pero muy light para adultos, se convierte en una joya para adultos al poder disfrutar de un “zoo en Lego”. La casa del terror, por ejemplo, no da miedo en absoluto, pero es muy divertida por su ambientación “Fantaslegórica”.
Legoland cuenta con otros espacios que los adultos pueden disfrutar, como el Sealife o MiniLand. El primero es un acuario que combina paisaje marino con personajes Lego, y el segundo son una serie de recreaciones de ciudades o escenarios con piezas de Lego. Además, la nueva atracción y zona del parque inspirada en el mundo Ninjago es un buen punto para competir entre adultos. Y para los momentos en los que se necesite algo de cobijo (es fácil que llueva), siempre queda la macrotienda de Lego y los cines 4D (que son una experiencia interesante, aunque bastante dirigido a los pequeños). Por cierto, echad un vistazo a las actividades especiales de cada día, expuestas por el parque por horarios (fijándoos en qué idioma se realizan).
Conclusiones y entradas [actualizado mayo 2022]
En definitiva, Legoland en Billund es una buena manera de volver a la infancia sin necesidad de empacharse de personajes demasiado fantasiosos (que también los tiene, no pueden faltar las princesas). Por cierto, si reserváis vuestra entrada de Legoland Billund on-line, el billete tiene un descuento de 100DKK (13,40€). De hecho, la entrada a Legoland Billund no es demasiado cara pensando en otros parques temáticos y que estamos en Dinamarca.