Lyon es una ciudad agradable para pasear. Además, la marcada diferenciación de sus barrios, la convierte en una ideal candidata para conocer por etapas. Cuando le dijimos a la oficina de turismo de Lyon que íbamos por segunda vez a su ciudad en cosa de un mes (con excusa de la Biennale de Lyon), no dudó en invitarnos a una visita a pie en Lyon. Además, nos asesoró perfectamente para colocarla en el día que más cosas cierran: el lunes. No os desvelaré todo lo que se explica en dicho tour, pero sí algunas de las curiosidades.
La visita empieza diferenciando claramente lo que es La Fourviere de la catedral Saint Jean Baptiste, pues es habitual que la gente las confunda. [Parece una tontería, pero es como los turistas que creen que la Sagrada Familia es la Catedral de Barcelona]. Pese a que en importancia la catedral debería de tener más protagonismo, es el otro templo el que celebra más misas y recoge más visitas. De hecho, veréis que es la excusa para encaramarse a lo más alto de la ciudad.
Tras una explicación de los intereses e ires y venires del Rey (casándose simplemente por dejar a la ciudad libre de deudas), nos explican algunas de las novedades de la restauración de la catedral. Mejores técnicas han dejado a la luz dorados originales de las crucetas. También nos explican que las vidrieras son todas nuevas ya que, al liberar la ciudad de los nazis, las explosiones de los puentes las reventaron. Solo hay una que se mantiene, ya que la protegía un edificio en construcción en aquel momento. Como he tardado meses en escribir esto, ahora ya debería de ser visitable al completarse su restauración.
La visita continúa por lo que ellos conocen como pequeño vaticano, un distrito canónico en su día. Por estas calles podemos ver ahora, en las fachadas, grandes piezas de piedra. Pero es relativamente nuevo, pues en la época no estaba bien visto dejar las piedras a la vista y las recubrían. Además, en aquel entonces, eran los nobles los que se permitían el lujo de usar las piedras de los monumentos romanos.
Las piedras son visibles en las grandes plazas que se ven por el centro. Estas no son otra cosa que el resultado de demolir otros edificios para ganar luminosidad. Y no lo olvidemos, si las piedras estaban a la vista, estábamos ante una familia pudiente. Y para remarcarlo más, existía un dibujo que las separaba. ¡Nada como presumir de casa!
Lyon, apasionada de su propio urbanismo
Siguiendo con el urbanismo de Lyon, las casas son originales del siglo XV. Pero tiene trampa, se reformaron en el XIX para reconstruirse en piedra y evitar incendios (hasta entonces eran de madera). Verás en las casas más antiguas una característica compartida: una torre o habitación en el ático. No es otra cosa que el lugar preferido por los dueños de los inmuebles por su luminosidad, pudiendo leer y administrar mejor. Y es que la altura gustaba ya entonces en Lyon, que era una de las ciudades más altas entre las comparables.
Y seguimos hablando de la estructura de la ciudad, que nos encanta el urbanismo y esto es toda una peculiaridad (aunque no exclusiva de Lyon): los Traboules. Los Traboule no son otra cosa que unos pasadizos que unen calles. En su día pensados para trasladar el agua más rápido. Más tarde, cuando esto ya no era un problema, servían de atajo, de punto de encuentro y, curiosamente, para ahorrar impuestos por una serie de leyes bastante curiosas. A veces se compartía escalera para dos edificios para rascar en impuestos. Esto daba lugar a muchas galerías que conectaban las propiedades a la escalera.
Si os apetece hacer una ruta por los Traboules más interesantes, no os perdáis la app de turismo de Lyon. Imaginaos si son importantes que es el ayuntamiento de Lyon quien paga la luz y limpieza de los mismos (cual calle). Navegando por ellos encontraréis algunos que son privados, otros públicos… incluso aquellos que están siempre abiertos por existir comercios dentro.
El tour finaliza con más curiosidades, como por qué el gallo es el símbolo nacional desde 1870. También os contarán que en la calle Bœuf vivían los más ricos (y como esto se traslada a las fachadas de la calle) o el origen de la expresión “riche comme Gadagne” (rico como Gadagne).
¿Te recomiendo esta visita a pie en Lyon?
Sí, te lo recomiendo. Está incluído si compras la Lyon Card (aquí te cuento lo fácil que se rentabiliza). Si optas por ir por libre, apenas cuesta 12€ (estudiantes y peques, 7€). La recomiendo para los amantes del urbanismo y la arquitectura. Busca dar sentido al tipo de vida en Lyon a lo largo de la historia a través de su arquitectura. Es un punto interesante que no deja al tour en un mero escupir de datos históricos como hace muchos otros.
¡Ah! y harás pierna. El tour se mueve bastante por la ciudad en apenas 2 horas. Parece un circuito corto, pero se dan muchas vueltas. Además, aquí creo que no he recogido ni la mitad de las anécdotas que nos contaron. Yo hice uno de los tours disponibles en inglés, pero hay muchos más.