[space_40] Las vacaciones de navidad llegan a su fin, toca abandonar nuestro refugio anual para emprender la vuelta al trabajo. A mi me toca pasar del pueblo y un entorno tan rural como el del Baixo Miño en Galicia al de una ciudad como Barcelona, que puede resultar en ocasiones un tanto dura de asimilar, y más después de dos semanas de tranquilidad. Y ya que las abusiva tarifas en el aeropuerto de Vigo por Navidad nos “obligan” a volar por Oporto, ¿no será mejor idea hacer una pausa en una ciudad mediana como esta? Dicho y hecho. Llamo a un excompañero de clase que se ha mudado ya hace unos años a Oporto a lanzar su carrera como diseñador gráfico y, en apenas un par de minutos, tenemos un punto y hora de encuentro. Conociendo su manera de involucrarse con su entorno, no me cabe duda que me abrirá las…

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Bar Miro in Lovelhe | De Pronto A Bordo

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