[space_20]La Gelateria Di Angelo es toda una institución en al barrio de Arganzuela, en las orillas del Río Manzanares. Es de estos sitios de barrio de toda la vida, donde te conocen y se alegran de verte, donde te dan recomendaciones simplemente porque creen en dar un buen servicio y te sientes bienvenido. Es de aquellos lugares que se convierten en un pequeño tesoro para los recién llegados al barrio y para aquellos que lo descubren accidentalmente. Y ese es nuestro caso. Algo que debido a mi obsesión con los helados puede, fácilmente, ser considerado algo del destino.[space_20]
[space_20]Para mí el helado es casi una religión. Comerlo es un ritual que hay que aprender y respetar, no hay nada más descorazonador que ver a alguien comer un helado mientras deja que se derrita y se desperdicie en el suelo o en las manos. Si vas a hacer algo tan sagrado como comer un helado lo debes hacer bien. Y el producto en cuestión es una parte básica de este ritual, hay que saber preparar un helado para que su integridad física dure lo suficiente como para poder disfrutarlo a un buen ritmo y sin desperdiciarlo.
En la Gelateria Di Angelo, hacen exactamente eso, respetan la santidad del helado. Son exigentes con la consistencia, el sabor y la textura. Los sabores son de temporada y las tarrinas se hacen día a día para que estén al punto. Los helados son fieles al sabor de la fruta que representan, sobre todo con el de fresa que es muy fácil que sepa a remedio concentrado. Este helado de fresa, es fresco y agridulce como la fruta misma. Es tal vez uno de los sabores más recomendados, especialmente con el verano que está a la vuelta de la esquina. Lo mejor de todo es que por ser helados de temporada siempre hay algún sabor nuevo a punto de ver la luz y encontrarse con mis papilas gustativas. Por ahora espero con ansia el de mango, que dicen que es legendario. Aunque, todo sea dicho, mi corazón le pertenece al cucurucho gigante de Amarena y Chocolate.[space_20]
[space_20]Otra de las razones por las que esta heladería se ha vuelto una de mis preferidas es que tiene una de las terrazas más envidiables de Madrid, Madrid Río, el parque lineal del manzanares. Coger uno de sus helados e irse de paseo es casi una obligación. Ir a la Gelateria Di Angelo debería convertirse en una obligación. Por lo menos ya lo es para mí, una vez a la semana, aunque ganas no me faltan de ir más a menudo.[space_20]
[space_20]Gelateria Di Angelo
Paseo de las Yeserías, 41
Madrid
juanamaol