[space_20]Si os gustó la primera parte de nuestro “Aterriza como puedas”, no dejes de leer el post de hoy. Es un clásico en las escalas cortas. Es lo más típico en aeropuertos obsoletos y saturados. Sí, hablamos de la pérdida de equipaje.
Sí, llegas a tu aeropuerto de escala, corres como nunca para llegar al siguiente vuelo ¡y lo coges!. Te sientas, te relajas, sales en hora y llegas puntual a destino. ¡Fantástico! Sin embargo, a la hora de recoger el equipaje, algo falla. Los pasajeros se han ido yendo a cuentagotas hasta que la cinta de equipaje se queda vacía. Suena una sirena, se para la cinta, y tú… tú te quedas compuesto y sin maleta.
Más típico en las aerolíneas que conexionan vuelos, la pérdida de equipaje es muy común y a veces se debe a causas técnicas. Muchas veces es preferible llevar a todo el pasaje en hora que no esperar un par de valijas. En otras ocasiones, el avión pesa demasiado por exceso de carga en bodega (¡pensad en navidad, amigos!). Otras veces, simplemente, ocurren desastres que hacen que en una curva tu maleta se caiga de un carrito y ya nunca se sepa. ¡O alguien que se equivoca en una letra con el código del aeropuerto!
Es por eso que, tanto si vuelas directo como con escalas, siempre eres susceptible de quedarte sin maleta por unas horas… o días. Hoy os traigo las historias de Leticia e Iradier. Dos historias muy distintas que ilustran un poco lo que os explico. Después de leer esto, os pasaréis al modo mochilero más radical: solo equipaje de mano.[space_20]
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Iradier, de Recuerdos de mi Mochila, volando a Islandia
Nuestra mala experiencia la tuvimos el año pasado en nuestro viaje a Islandia. De ida tomamos un vuelo con escala, de Madrid a Londres (Heathrow) con Iberia. Primero el vuelo de ida salió con más de 2 horas de retraso y perdimos la conexión en Londres
En British Airways nos dieron una noche de hotel y acordamos salir en otro vuelo al día siguiente pero desde Gatwick. Como el vuelo de conexión salía desde otra terminal distinta de la que habíamos llegado, las maletas las enviaron allí, así que nos trasladamos a buscarlas y debido a la hora, ya estaba cerrado el almacén, así que nos dijeron que volviéramos a la mañana siguiente a las 7:00h para recogerlas antes de ir a Gatwick.
Al día siguiente siguió nuestra mala experiencia, ya que al llegar al aeropuerto, en el almacén solo encontraron una de las maletas, por lo que nos tuvimos que ir hasta Gatwick para no perder nuevamente el vuelo y solo con la promesa del aeropuerto (Heathrow) de que nos enviaban la maleta a Islandia cuando la encontraran.[space_20]
[space_20]Al llegar a Islandia, a pesar de que era verano, la temperatura estaba alrededor de los 12 grados, por lo que Rebeca, sin nada de ropa, tuvo que comprar para un par de días hasta que llegara la maleta. Tras muchos correos a todas las direcciones de atención al cliente de Iberia el 4º día del road trip finalmente nos llegó, enviada por Icelandair.
Para resumir esta mala experiencia, pusimos una reclamación a Iberia reclamando que por lo menos nos cubrieran los gastos de la noche hotel que perdimos en Islandia y lo que gastó Rebeca en comprar ropa. Os imagináis cual fue la respuesta de Iberia… Ni siquiera una disculpa formal.
Sí queremos darle una mención especial a Icelandair ya que, sin tener responsabilidad en la pérdida de la conexión por no ser operada por ellos, cubrieron los gastos en que incurrió Rebeca en la ropa.
Leticia, de Trucos Viajeros, volando a Santiago (de Compostela)
Hace ya unos cuantos años, cuando no había tanto código de barras y todavía te regalaban bolsas de cacahuetes en el avión, facturamos nuestras maletas tan tranquilos. Destino: Santiago de Compostela. Unas cuantas horas de vuelo más tarde llegamos al aeropuerto. ¿Y las maletas? Las maletas, no.
Ni rastro de las maletas. Mi padre rellenó la reclamación correspondiente y nos fuimos a casa. Tocaba esperar. De aquella no había móviles, había que esperar al lado del teléfono fijo a que te llamasen con información. O llamar al aeropuerto y tener la suerte de que hubiese alguien al otro lado de la línea que supiese de qué le hablabas (tampoco había muchos ordenadores).
2, 3 días y ¡aparecen las maletas! ¡Ole! Alguien las había encontrado en… ¡¡Santiago de Chile!!
Cómo pudieron confundir Santiago de Chile (Chile, América) con Santiago de Compostela (España, Europa) sigue siendo un misterio para mí. Probablemente, alguien no había aprobado Geografía.[space_20]
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¿Y a ti? ¿Te han perdido la maleta? ¡A mi dos veces en un año!
A mi me han pasado dos de las situaciones que comentaba antes. Nunca (¡nunca!), en 11 años de viajero independiente me perdieron una maleta. Bueno, principalmente porque viajar con 7 kilos de maleta te permite llevarlo todo encima. Sin embargo, en cierto viajes merece la pena facturar.
La primera vez fue en semana santa de 2015 volviendo de San Francisco con KLM. El viaje incluía una escala de apenas 1 hora en Amsterdam. Sudando, tras colas y pasadizos, llegué a mi puerta de embarque el penúltimo. Mi maleta, que iba cómoda en un cochecito por el aeropuerto, no lo logro. Al llegar, reclamación y a esperar 6 horas que me lo trajesen a casa. Nada grave.
Ese mismo año, en navidades, volando con Portugalia de Barcelona a Oporto ocurrió algo extraño. Llegamos súper puntuales a Oporto, nos vamos todos al hipódromo a esperar la maleta. Suena la alarma que indica el inicio… la cinta gira una vuelta entera, se para, y aparece en pantalla “equipaje entregado”. No pasaron ni 5 minutos para tener una cola de 70 personas reclamando su maleta. El vuelo venía lleno por las fechas festivas y se ve que prefirieron no arriesgar con la carga. Por la noche, en un A319, TAP Portugal trajo todas las maletas. En extremis me la entregaron para la cena. Por suerte llegó rápido: ¡al día siguiente me iba a Lisboa!
Y tú, ¿guardas algún mal recuerdo con pérdida de equipaje incluído? ¿Ha acabado tu maleta en las antípodas por algún error humano? ¡No te cortes y cuéntanoslo! Deja un comentario o escríbenos a vamos@deprontoabordo.com y te lo publicamos.[space_20]