[space_20]A unos 40 km de la bulliciosa Barcelona, se halla un lugar bastante inusual, rico de misticismo. Es el monasterio budista Sakya Tashi Ling: un santuario de paz donde podéis, aunque solo sea por un momento, “poneros la túnica” de un monje budista y vivir una experiencia extraordinaria.[space_20]
[space_20]Rodeado de una naturaleza excepcional, este paraíso de tranquilidad, invita de por sí a la meditación y contemplación. Desde su posición privilegiada, el monasterio vigila atentamente el litoral garrafense, fusionándose perfectamente con la aridez de su paisaje y convirtiéndose en un destino ideal para una escapada de fin de semana desde Barcelona.
Prepara tu vista al monasterio Sakya Tashi Ling
Antes de preparar la mochila, os recomiendo echar un vistazo a la web del monasterio budista del Garraf, y así descubrir el abanico de actividades del monasterio. Esto os permitirá organizar vuestra excursión hasta el más mínimo detalle. Tenéis mucho donde elegir: actividades de formación, retiros espirituales e incluso rutas de senderismo.[space_20]
[space_20]El monasterio suele estar abierto al público los fines de semana (sábados y domingos) y festivos de 9:30 a 18:00. Las visitas guiadas se realizan en diferentes horarios y tienen un precio de 6€ y no es necesario hacer una reserva previa. Sin embargo os recomiendo llegar con unos 30 minutos de antelación a la hora de visita para sacar vuestras entradas ya que las plazas son limitadas a un máximo de 30 personas por recorrido. Dicho esto, solo tenéis que esperar el momento oportuno para coger vuestro coche rumbo al monasterio.
Visita Guiada al monasterio budista del Garraf
Es un soleado domingo de marzo y decido aprovecharlo con una excursión al Monasterio Sakya Tashi Ling. Salgo de Barcelona a toda prisa, recorro una parte del parque natural del Garraf siguiendo las direcciones al monasterio. El camino está bien señalizado por lo que llego sin ningún problema a mi destino después de una hora de viaje. Aparco en el parking privado del monasterio reservado a sus visitantes y empiezo a explorar el recinto monasterial.[space_20]
[space_20]Da la casualidad que acabo directamente en un gran salón escasamente decorado que resulta ser la cafetería. Aquí tomo mi desayuno: un chai tea a la canela súper caliente y un par de galletas de avena con queso y chocolate. Con la barriga llena, me animo a dar un paseo por los jardines del monasterio donde se puede contemplar la Estupa de la Salud: uno de los elementos más icónicos del budismo que representa la mente iluminada o consciencia despierta de Buda.
A las 11 en punto me dirijo a la entrada del monasterio donde nos está esperando nuestra guía. Nunca habría pensado que alguien pudiera hablar más que yo, pero evidentemente estoy muy equivocado. La señora Maria Ángeles resulta ser una agradable ametralladora que dispara información y anécdotas sin descanso. Su don de gentes naturaleza consigue captar inmediatamente la atención del grupo abordando aspectos generales de la filosofía budista y de la historia de la Comunidad Monjes Budistas Sakya Tashi Ling. A medida que avanza el tiempo, también lo hace nuestro grupo por las diferentes salas neoclásicas del monasterio ante la mirada meditativa de Buda que añade un toque oriental a toda la experiencia. [space_20]
[space_20]Después de casi 2 horas, nuestra visita acaba. El tiempo parece haber volado. Me habría encantado pasar el resto del día recorriendo una de las diferentes rutas que pasan por las colinas áridas del parque natural. Sin embargo mi barriga empieza a gruñir y me doy cuenta que es la hora de comer.
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