Llegamos a Dessau una fría mañana de Marzo, con un mar de emociones a flor de piel. La Bauhaus siempre me pareció un panteón de dioses griegos, tan perfectos e imperfectos al mismo tiempo, como la esencia misma de la arquitectura moderna, a la que es tan fácil amar como odiar y a la que es irremediable admirar así sea tan solo por su estética.
Afortunadamente suelo viajar con personas que ya saben mi debilidad por la comida y los edificios, así que no se extrañan cuando salgo corriendo señalando cosas o hablo sola pasando la mano, siempre respetuosamente, por muros de todo tipo. Pero la Bauhaus sacó lo peor de mí, fue una posesión de la línea, el punto y el plano llevada al máximo esplendor. En el momento en el que vi los volúmenes superpuestos ligeramente unos sobre otros en blanco y negro rotundos, llenos de grandes ventanales y detalles de una inmensa creatividad (que te hacen suspirar solo con abrir una ventana) supe que no habría vuelta atrás, estaba caminando por un sueño que por fin se hacía realidad.
Cada esquina, cada columna, cada ventana, cada color que se pueden ver en todo el complejo de la Bauhaus es un festín para los sentidos, sin duda fue una institución que cambió para siempre como nos sentamos, tomamos el café, leemos, escribimos o incluso miramos por la ventana. Es especialmente emocionante experimentar como vivieron los artífices de esta escuela de arquitectura y diseño industrial en las Casas de los Maestros, al fin y al cabo fueron las casas en cuyos muros personajes como Kandisky y Klee experimentaron y llenaron de textura y color; abrir cada puerta, cada ventana, ver como cada uno de los elementos y colores tienen una función tan específica; sentarse, prender la luz, subir las escaleras, todo termina siendo una experiencia de diseño y arquitectura, todo está pensado para funcionar de la mejor manera posible, todo está pensado para crear paradigmas en la vida cotidiana. La Bauhaus es pornografía hardcore para diseñadores de todas las ramas, arquitectos de todo tipo y para una que otra persona con síndrome obsesivo compulsivo. Todo tiene un sentido y una intención y es una maravilla descubrirlo.
Recomiendo entrar a la página de la Bauhaus Dessau Foundation (y hacer de tripas corazón porque solo está en inglés y alemán) para ver toda la carta de servicios que ofrecen, especialmente para frikis de la arquitectura o el diseño, que incluso se pueden quedar a dormir en el edificio de la residencia de estudiantes (no apto para los débiles del corazón) y conocer los experimentos urbanísticos y habitacionales que hizo la Bauhaus en zonas aledañas como el Törten state. Solo tengo una advertencia, si, como esta pobre alma que les escribe, tiene debilidad por el diseño y especialmente por todo lo parido por la Bauhaus, no se dejen caer por la tienda que queda en el edificio principal, la ruina puede ser absoluta.
Bauhaus Dessau Foundation.
Gropiusallee 38,
06846 Dessau-Roßlau
Como llegar a la Bauhaus Dessau Foundation
Llegar desde Berlín es más sencillo de lo que parece. Puedes coger uno de los trenes directos Regional Express desde cualquiera de las estaciones de regionales del eje Este-Oeste de la ciudad: Ostbahnhof, Alexanderplatz, Friedrichstraße, Hauptbahnhof y Zoologischer Garten. El tren tarda cerca de 2 horas en realizar el trayecto y pasa cada hora (o cada dos horas en fin de semana). Al ser trenes regionales, se pueden usar las ofertas de grupos de hasta 5 personas. Además, una curiosidad que pocos saben es que se puede usar el ticket Berlin-Brandemburg (válido a partir de las 9 de la mañana entre semana, o todo el día en fines de semana o festivos), a pesar de que Dessau está fuera de los límites de dicha región (es una de las excepciones aceptadas). Dicho billete cuesta 29€ y pueden viajar 5 personas todo el día con él. Si sois menos de 5, podéis invitar a alguien sin billete que encontréis en los andenes y amortizar parte del coste (los alemanes lo hacen a menudo, no os mirarán raro por ello).
Llegar desde la estación de tren de Dessau al edificio principal son, literalmente, 4 minutos. Además, está muy bien indicado. Eso sí, si hacéis todas las visitas guiadas, pensad en usar el transporte público para llegar a la última visita del día (la de la urbanización Törten Estate a las 15:30, solo en alemán), pues la caminata es larga.
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Me encanta!. Me lo apunto para mi próxima vez en Berlín, donde tuve que conformarme con ver el centro Bauhaus. Pero esta excursión lo complementa genial. Un abrazo!
Gracias por la información super util Juana! Estoy planeando mi viaje y me sirve muchísimo!
Es un sueño Luz, espero que puedas ir y que la disfrutes tanto como yo. No sé cuánto a ha cambiado desde que fuí, pero por si acaso, fijate muy bien en los tipos de visita que hay. Nosotros para poder ver los edificios principales tuvimos que ir con guia, y en alemán…que no hablamos.
Me ha gustado la frase del principio: _” Pero la Bauhaus sacó lo peor de mí, fue una posesión de la línea, el punto y el plano llevada al máximo esplendor”_ porque he pensado enseguida en Kandisky que tanto me gusta. Luego, al seguir leyendo, he visto lo has nombrado. Cuando viajé a Berlín recuerdo haber visitado un edificio Bauhaus en el centro, era modernista. No recuerdo bien. Lo que no sabía y me hubiese gustado visitar es el centro nque tú describes. Será la próxima vez. Comparto tu pasíón por el diseño, la arquitectura y el color.
buenas tardes, las visitas guiadas donde se pueden comprar? vamos en septiembre y nos gustaria visitarlo, mi novio es diseñador y se muere por ir, puedes darme un pelin mas de informacion porfi. gracias
Hola Vanesa!
Las entradas creo recordar que se compran en el mismo lugar.
Las visitas guiadas son en alemán, y en inglés hay unas poquitas nada más (los viernes).
Tienes más información aquí: https://www.bauhaus-dessau.de/en/service/guided-tours.html
Revisa bien el programa de este año. ¡Por el 100 aniversario de la Bauhaus hay mucho programado!