[space_20]Hay guacamoles de todo tipo. Algunos picantes, otros sosos, muchos con demasiada cebolla o cilantro; y hay otros que nunca llegas a entender, sea por su exceso de tómate o por qué a alguien se le pasó la mano con el limón (o lima, depende del hemisferio en que te encuentres esta fruta cambia de nombre). Y después está el guacamole perfecto, aquel preparado para potenciar el sabor del aguacate y hacer de la cebolla solo una pieza más que aporta sabor y textura, pero que jamás le quita protagonismo al ingrediente principal. Tiene las notas de acidez en el punto exacto para que el guacamole se deslice por tu boca suavemente sin sensaciones contradictorias.[space_20]
[space_20]Hay nachos de todo tipo. Aquellos que no saben a nada, aquellos que saben a químicos industriales, y otros que saben a maíz. Maíz del bueno, del grande y jugoso que te puedes comer solo y con cuchara. Ese nacho perfecto no se ablanda al contacto con el guacamole, ese nacho mantiene el tipo y sabe, sí los nachos saben, que tiene que mantener la compostura para poder soportar la cantidad suficiente de guacamole y queso fundido para llevártelo a la boca en un solo bocado y sin incidentes. Ese nacho es crujiente por sobre todas las cosas.
Y cuando juntas dos ingredientes tan buenos y los acompañas de un buen queso fundido, ligeramente ácido, ligeramente suave pero ante todo lleno de sabor, te salen los mejores nachos con guacamole que me he comido en Madrid, los de Cutzamala Mex Food en el Mercado de Antón Martín. Unos nachos tan espectaculares que al preguntarme su magnífico encargado si quería postre contesté sin dilación: sí, unos nachos con guacamole.[space_20]
[space_20]Cabe aclarar que a estas alturas de la historia por mi mesa ya habían pasado unos suculentos tacos con carnitas acompañados de una cebolla roja picada de las que necesito (¡necesito!) la receta; y bueno, las quesadillas, que me recordaron que hay platos por los que vale la pena dejarse el pudor en casa y mancharse, que no mucho, que tampoco se trata de hacer un espectáculo, pero de tal manera que se disfrute el sabor y la jugosidad del queso y la carne y la sazón sin ataduras.
Sí, comimos mucho, pero comimos como reyes. Comimos buena comida mexicana que rematamos con un tequila. Porque sin unos buenos nachos con guacamole y sin tequila, no vale la pena vivir esta vida.[space_20]
[space_20]Cutzamala Mex Food.
Mercado de Antón Martín, Calle de Santa Isabel, 5.
Madrid