[space_40] Si es tu segunda o tercera visita a Barcelona, has visto lo más indispensable de la ciudad, y te apetece callejear y hacer planes diferentes (y no tan turísticos), te sugiero una ruta para uno de tus días en la ciudad que te permitirá ver muchas cosas de Barcelona que posiblemente te son desconocidas.
Comenzamos el día con un Brunch para coger energías. Barcelona está repleta de lugares donde realizarlo, pero uno de mis favoritos es el Trópico (http://www.tropicobcn.com), situado en la calle Marquès de Barberà, al final de la rambla del Raval.
En Trópico puedes regalarte un Brunch con platos de diferentes partes del mundo, pero también apostar por clásicos como los huevos Benedict o algo tan sencillo como tostadas con mantequilla y mermelada. Una increíble selección de zumos de fruta natural acompaña la comida, además del típico café o té. En nuestro caso fueron 15€ por persona, pero nos fuimos con el estómago lleno para el resto del día.[space_20]
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[space_20]Después del Brunch, es la hora de la bicicleta. Muy cerca del Trópico puedes alquilarlas en Bike Rental Barcelona, donde tienen varios modelos a elegir. Calcula unos 12€ para el resto del día.
Nuestra ruta comienza en el Raval, desde el cual cruzamos la Rambla para dirigirnos al Paseo Colón. Desde allí continuamos todo recto hasta el Parque de la Ciutadella y lo rodeamos por la calle Circunval·lació para acercarnos hasta la Villa Olímpica.
Construida en el año 92 con motivo de las Olimpiadas, la Villa es hoy un barrio un tanto alejado en el que prácticamente ningún turista se pasea, ya que suele estar más concurrido el paseo del frente marítimo. Sin embargo, si te gusta la historia y la arquitectura moderna, no puedes dejarlo de lado. El barrio, antes una zona industrial con fábricas atravesada por vías de trenes frente al mar, es hoy una zona residencial atravesada por la Avinguda Icària, en la que destacan las pérgolas diseñadas por el estudio de Enric Miralles y Carme Pinós. Como curiosidad, estas pérgolas representan los árboles que no pudieron plantarse en la avenida por haber debajo de la misma un gran colector de agua.
Siguiendo nuestra ruta, nos acercamos por la calle Marina hasta la Plaça dels Voluntaris, la gran rotonda con fuentes que se encuentra frente a las dos grandes torres que abren Barcelona al mar. Desde la plaza nace un parque, mirando el mar a la izquierda, con algunas pérgolas alineadas sobre el mismo. Seguimos recto atravesando el parque hasta el final y encontraremos una plaza elevada. Le llaman la plaza de los campeones, porque allí hay, en el suelo, una placa para cada medallista del año 92 e incluso hay una zona en la que encontraremos las manos de algunos de los personajes más destacados de ese año como fueron Carl Lewis, Johann Cruyff, Magic Johnson y Miguel Indurain, entre otros.[space_20]
[space_20]Desde la plaza de los campeones, nos acercamos al frente marítimo para disfrutar de la playa, pedalear junto al mar y tomar un ratito el sol. Si quieres hacer una pausa, acércate hasta la Base Náutica que hay al final de la playa de Bogatell. Justo detrás tienes el chiringuito La Base, escondido del paseo y bastante tranquilo.
Tras la pausa, seguimos por el paseo en paralelo al mar y nos acercamos hasta la zona del Fórum. La última Barcelona, conocida como Diagonal Mar, crece aquí en forma de grandes torres y edificios de oficinas que conviven con algunas naves y fábricas que nos recuerdan el pasado industrial de Poblenou. Desde allí, volvemos pedaleando toda la Diagonal hasta Glòries. El paseo por esta zona de Barcelona nos descubre una ciudad moderna y diferente, llena de edificios singulares y espacios de interés como el Parque del Centre del Poblenou, diseñado por Jean Nouvel.[space_20]
[space_20]Si haces esta ruta en domingo, serán ya más de las 15h cuando llegues a la Plaça de les Glòries. Allí puedes visitar la colección permanente del Museu del Disseny, totalmente gratis. Pero si el diseño no es lo tuyo no te preocupes, porque en Barcelona todos los museos municipales son gratuitos todos los domingos a partir de las 15h, con lo que seguro encuentras una buena razón para acercarte pedaleando hasta alguno de ellos.